La Merienda de las Princesas Soñadoras

Érase una vez, en un reino encantado donde el cielo parecía hecho de algodón de azúcar, las princesas decidieron hacer algo especial

CORTO

La Merienda de las Princesas Soñadoras

Historia infantil para leer a la hora de dormir

Érase una vez, en un reino encantado donde el cielo parecía hecho de algodón de azúcar, las princesas decidieron hacer algo especial: una merienda mágica para relajarse antes de dormir.

Cenicienta trajo pastelitos de vainilla, hechos con la ayuda de sus ratoncitos. Bella llegó con su libro favorito de cuentos para dormir. Tiana llevó té de manzanilla recogido del jardín, y Rapunzel decoró todo con farolillos dorados que brillaban como estrellas.

Se sentaron sobre almohadones suaves bajo un árbol de flores que susurraban canciones dulces. Contaron historias tranquilas, rieron bajito y se desearon dulces sueños unas a otras.

Al final de la merienda, cada princesa pidió un deseo a las estrellas. Ariel deseó que los mares siempre estuvieran calmados, Mulán pidió paz y valentía para todos, y Aurora —muy dormilona— deseó un descanso ligero y lleno de sueños dulces.

Entonces, una brisa suave pasó, como un abrazo de la noche. Los farolillos flotaron por el cielo y una estrella fugaz cruzó el horizonte. Era hora de dormir.

Y mientras cada princesa regresaba a su castillo, una paz cálida llenaba el corazón de todas — como esa que sentimos cuando estamos listos para un buen sueño.

Buenas noches, pequeña princesa. Que tus sueños sean tan mágicos como los de ellas.

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