La Bella y la Bestia
Había una vez, en un pueblo tranquilo rodeado de bosques verdes y montañas azules, una joven llamada Bella.
PRINCESAS


La Bella y la Bestia
Historia infantil para leer antes de dormir
Había una vez, en un pueblo tranquilo rodeado de bosques verdes y montañas azules, una joven llamada Bella. Era conocida por su amabilidad y porque siempre llevaba un libro en las manos, imaginando historias de tierras lejanas, castillos encantados y criaturas mágicas.
Bella vivía con su padre, un inventor creativo que siempre estaba construyendo aparatos ingeniosos. Un día, él salió en busca de piezas para una nueva invención, pero se perdió en el bosque y encontró un castillo extraño y silencioso. Allí, fue sorprendido por una criatura con apariencia aterradora — una Bestia, que lo encerró por haber tomado una de sus rosas.
Cuando Bella se enteró, corrió hacia el castillo. Al ver a su padre preso, suplicó a la Bestia que lo dejara ir y, valientemente, se ofreció a quedarse en su lugar. La Bestia aceptó. Así, Bella comenzó a vivir en ese lugar misterioso, con pasillos que parecían no tener fin y muebles que… ¡hablaban!
Al principio, Bella tenía miedo. Pero con el paso de los días, comprendió que el castillo era mágico: los cubiertos bailaban, los relojes hablaban y la biblioteca era más grande que cualquier cosa que hubiera visto. La Bestia, a pesar de su apariencia feroz, poco a poco se mostró amable, tímida y hasta divertida.
Una noche, durante una cena a la luz de velas flotantes, la Bestia le preguntó a Bella si quería conocer el jardín de rosas. Curiosa, ella aceptó. Allí encontró un lugar lleno de flores brillantes y árboles que parecían cantar con el viento. Fue en ese momento que vio un lado nuevo de la Bestia: alguien solitario que anhelaba amistad y cariño.
Empezaron a conversar, a reír juntos y hasta a leer los mismos libros. Bella se dio cuenta de que detrás de esa apariencia temible había un corazón bondadoso y un gran deseo de ser comprendido. Pero un día, tuvo la sensación de que su padre estaba en peligro.
La Bestia, aunque triste, le permitió irse para cuidar a su padre. Con un espejo mágico que mostraba cualquier lugar, ella vio que él estaba enfermo. Bella corrió para ayudarlo, pero al volver al pueblo, los habitantes se enteraron de la Bestia y decidieron atacarlo por miedo.
Cuando Bella regresó al castillo, encontró a la Bestia herida y débil. Entre lágrimas, le dijo que lo amaba tal como era. En ese instante, una luz dorada envolvió a la Bestia, que se transformó en un príncipe. ¡El hechizo se había roto por el poder del amor verdadero!
El castillo volvió a brillar, los habitantes encantados recuperaron su forma humana y Bella decidió quedarse allí, al lado del príncipe que ahora conocía tan bien. Construyeron un nuevo hogar lleno de alegría, libros y magia.
Y vivieron felices para siempre, enseñando que el amor verdadero ve más allá de las apariencias y que la bondad puede transformar incluso los corazones más solitarios.
🌙 ¿Te gustó esta historia? Continúa tu viaje mágico con otras aventuras aquí en el blog. Leer para quienes amamos es el comienzo de los mejores sueños.