Caperucita Roja y el Lobo Curioso
Había una vez una niñita muy dulce y simpática que siempre usaba una capa roja con capucha. Por eso, todos en el pueblo la llamaban Caperucita Roja.
CLÁSICOS
Caperucita Roja y el Lobo Curioso
Cuento infantil para leer antes de dormir
Había una vez una niñita muy dulce y simpática que siempre usaba una capa roja con capucha. Por eso, todos en el pueblo la llamaban Caperucita Roja.
Un día soleado, su mamá preparó una canasta con pastel y jugo de naranja.
— Querida, lleva esto a la abuelita que está un poco resfriada en su casita, allá en medio del bosque. Pero ve por el sendero y no hables con extraños, ¿vale?
Caperucita Roja le dio un beso a su mamá y salió contenta, canturreando y mirando las mariposas de colores en el camino.
En medio del bosque, apareció un lobo grande y curioso, que fingía ser amable.
— ¡Hola, niñita! ¿A dónde vas con esa canasta tan olorosa?
— Voy a visitar a mi abuelita que está enferma. Ella vive en una casita después del lago, —respondió inocentemente.
El lobo tuvo una idea: ¡podría llegar antes que ella y comerse a las dos! Entonces corrió por un atajo secreto del bosque y llamó a la puerta de la abuelita.
La abuelita desconfiaba de la voz extraña y trató de escapar, pero el lobo la escondió en el armario y se puso su ropa para engañar a la niña.
Cuando Caperucita llegó, encontró a la abuelita un poco... diferente.
— ¡Abuelita, qué ojos tan grandes tienes!
— ¡Son para verte mejor, querida!
— ¡Y qué orejas tan grandes!
— ¡Son para oírte mejor!
— Pero... ¡qué dientes tan grandes!
— ¡Son para comerte meee...!
Antes de que terminara, la puerta se abrió con un ¡BUM! — era un leñador que pasaba cerca y escuchó los gritos de la niña.
El leñador salvó a Caperucita y a la abuelita, que estaba asustada dentro del armario. El lobo salió corriendo al bosque y nunca más se le volvió a ver.
Caperucita Roja abrazó fuerte a su abuelita y prometió:
— La próxima vez, iré directo por el camino y no hablaré con extraños.
Desde entonces, siempre siguió los consejos de su mamá, y el paseo a la casa de la abuelita se convirtió en una aventura segura y llena de cariño.
Y todos vivieron felices, protegidos y con las barriguitas llenas de pastel y jugo de naranja. 🍰🌼
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